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Blancanieves (versión clásica)

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«Blancanieves es uno de los cuentos de hadas más famosos y populares del mundo. Fue recogido por los hermanos Grimm en el siglo XIX y se basa en una antigua leyenda alemana. El cuento narra la historia de una princesa de piel blanca como la nieve, labios rojos como la sangre y cabellos negros como el ébano, que huye de su malvada madrastra, una reina obsesionada con su belleza.

Cuento de Blancanieves

Había una vez en un reino lejano, una reina tan hermosa y buena que su belleza era conocida por todos los habitantes de la tierra. Pero su mayor deseo era tener un hijo, un heredero que pudiera gobernar el reino en el futuro.

Un día, mientras la reina se encontraba tejiendo en su balcón, se pinchó el dedo y tres gotas de sangre cayeron sobre la nieve. La reina quedó maravillada por la combinación del rojo de su sangre y el blanco de la nieve, y deseó tener una hija con la piel tan blanca como la nieve, los labios tan rojos como la sangre y el cabello tan oscuro como el ébano.

Pocos meses después, nació una niña que cumplía con las características deseadas por la reina, por lo que fue bautizada con el nombre de Blancanieves. La reina se sentía tan feliz con la llegada de su hija, que organizó una gran fiesta a la que invitó a todas las hadas del reino para que le concedieran sus dones.

Sin embargo, la reina falleció poco después del nacimiento de su hija, dejando al rey completamente desolado. A pesar de ello, intentó ser un buen padre para su hija, pero pronto encontró el amor en otra mujer, una malvada y egoísta mujer que se convirtió en la madrastra de Blancanieves.

La madrastra era una mujer muy vanidosa y envidiosa de la belleza de Blancanieves, y siempre buscaba formas de deshacerse de ella. Pero Blancanieves creció siendo una joven hermosa, amable y cariñosa, por lo que era muy querida por todos en el reino, incluyendo a los habitantes del bosque.

La madrastra tenía un espejo mágico que le decía quién era la más bella del mundo. Cada día, se acercaba al espejo y le preguntaba:

-Espejito, espejito en la pared, ¿quién es la más bella de todas?

Y el espejo siempre le respondía:

-Tú eres la más bella de todas, mi reina.

La nueva reina se llenaba de orgullo y satisfacción al escuchar estas palabras. Pero un día, el espejo le dio una respuesta diferente:

Tú eres muy bella, mi reina, pero hay otra que te supera: Blancanieves.

La reina se quedó helada al oír el nombre de su hijastra. Blancanieves era una joven dulce y bondadosa que había heredado la belleza de su madre fallecida. La reina sentía una gran envidia y odio hacia ella y quería deshacerse de ella a toda costa.

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La reina, furiosa al saber que Blancanieves era más bella que ella, ordenó a su fiel cazador que la llevara al bosque y la matara. Le pidió que le trajera su corazón como prueba de su muerte.

El cazador obedeció y condujo a Blancanieves a un claro del bosque. Allí sacó su cuchillo y se dispuso a cumplir su misión. Pero al ver el rostro inocente y asustado de la princesa, sintió compasión y no pudo hacerlo.

“Huye, huye lejos de aquí” -le dijo-. “La reina quiere matarte. No vuelvas nunca más.”

Blancanieves se quedó paralizada por el miedo. El cazador insistió y le dijo que corriera hacia el bosque profundo, donde quizás encontraría refugio.

Blancanieves hizo caso al cazador y echó a correr entre los árboles. El cazador se quedó mirándola hasta que desapareció de su vista. Luego mató a un jabalí y le arrancó el corazón para engañar a la reina.

Blancanieves se adentró en el bosque oscuro y tenebroso. Los animales salvajes la acechaban con sus ojos brillantes. Las ramas se enredaban en su vestido y le arañaban la piel. Los sonidos extraños la hacían temblar.

Pero Blancanieves no se detuvo. Siguió corriendo hasta que encontró una pequeña casa en medio del bosque.

Blancanieves llegó a la casa de los siete enanitos y se sorprendió al ver lo pequeña y sucia que estaba. Decidió limpiarla con la ayuda de los animales del bosque, esperando que sus dueños le dejaran quedarse.

Mientras tanto, los siete enanitos volvían de trabajar en la mina. Al ver la luz en su casa, se asustaron pensando que había un ladrón. Entraron con cautela y descubrieron que todo estaba ordenado y reluciente.

Subieron al dormitorio y vieron a Blancanieves durmiendo en una de las camas. Quedaron maravillados por su belleza y se dieron cuenta de que era una jovencita.

Blancanieves se despertó al oír sus voces y les contó su historia. Los enanitos se compadecieron de ella y le ofrecieron su casa como refugio.

“Si mantienes la casa para nosotros, cocinas, haces las camas, lavas, coses, tejes y mantienes todo limpio y ordenado, entonces puedes quedarte con nosotros” -le dijeron.

Blancanieves aceptó y se hizo amiga de los enanitos. Ellos le advirtieron que tuviera cuidado y que no abriera la puerta a nadie.

La reina malvada se enteró por su espejo mágico de que Blancanieves seguía viva y era más bella que ella. Llena de odio y envidia, decidió acabar con ella personalmente.

Se disfrazó de una anciana vendedora de frutas y preparó una manzana envenenada. Con ella, se dirigió a la casa de los enanitos y llamó a la puerta.

Blancanieves, que estaba sola en casa, le abrió con amabilidad. La anciana le ofreció una manzana roja y jugosa como regalo.

“No puedo aceptarla -dijo Blancanieves-. Los enanitos me han dicho que no tome nada de nadie”.

“Vamos, no seas tonta -insistió la anciana-. No tiene nada malo. Mira, yo misma me comeré la mitad”.

La anciana le mostró una manzana partida por la mitad. Una parte era roja y venenosa, y la otra era verde e inocua. Se comió la parte verde y se la ofreció a Blancanieves.

Blancanieves se dejó convencer y mordió la parte roja. Al instante cayó al suelo sin sentido.

La anciana se quitó el disfraz y reveló su verdadera identidad. Era la reina malvada, que se rió con malicia al ver a Blancanieves inconsciente.

“Ahora sí que eres más bella que yo -dijo-. Pero también estás muerta.»

Los enanitos llegaron a su casa y encontraron a Blancanieves tendida en el suelo. Pensaron que estaba muerta y se pusieron muy tristes. No pudieron enterrarla porque era demasiado hermosa, así que la colocaron en un ataúd de cristal y la llevaron a una colina.

Allí la velaron día y noche, sin perder la esperanza de que algún día despertara.

Pasaron los días, y los animales del bosque se acercaban para dejar flores y frutas en el ataúd.

Un día pasó por allí un príncipe que se quedó fascinado por la belleza de Blancanieves. Pidió permiso a los enanitos para verla de cerca y se acercó al ataúd.

Al ver sus labios rojos como la sangre, sintió el impulso de besarlos. Los enanitos le dejaron hacerlo, pensando que era una muestra de respeto.

Pero lo que nadie sabía es que el beso del príncipe tenía el poder de romper el hechizo de la manzana. Al sentir sus labios sobre los suyos, Blancanieves abrió los ojos y se incorporó.

“¿Quién eres? “-preguntó ella.

“Soy el príncipe que te ama -respondió él-. ¿Quieres venir conmigo a mi reino?”

Blancanieves aceptó encantada y se despidió de los enanitos con gratitud. El príncipe la montó en su caballo blanco y se marcharon juntos.

Los enanitos se alegraron mucho por ella y le desearon toda la felicidad del mundo.

La reina malvada, que había estado siguiendo la pista de Blancanieves, intentó asistir a la boda sin saber que había sido descubierta. Cuando llegó al castillo, la condenaron por sus crímenes y fue exiliada del reino.

Y así fue como Blancanieves encontró al amor de su vida y vivió feliz para siempre.

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¿Qué nos enseña el cuento de Blancanieves?

El cuento de Blancanieves, como muchos cuentos de hadas, nos enseña importantes lecciones y valores.

La belleza interior es más importante que la belleza exterior: La madrastra de Blancanieves se obsesiona con su propia belleza, pero el cuento nos muestra que lo que realmente importa es la belleza interior y el carácter de una persona.

La envidia y la vanidad pueden llevar a la maldad

La madrastra de Blancanieves es un ejemplo de cómo la envidia y la vanidad pueden convertirse en maldad y llevar a una persona a hacer cosas terribles.

La amistad verdadera y la solidaridad son importantes: Blancanieves encuentra refugio y amistad con los siete enanitos en el bosque, quienes la protegen y cuidan de ella. La historia nos muestra la importancia de la amistad verdadera y la solidaridad en momentos difíciles

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